El 24 de Noviembre es la fecha en la que la temporada comercial de las Navidades comienza oficialmente. Las tiendas hacen ese día un motón de ofertas para celebrarlo.

Es una de las fechas que muchos esperan con impaciencia cuando tienen la necesidad de comprar un móvil, ordenador, ropa, etc. porque las ofertas, en muchas ocasiones, suponen hasta un 50%. Sin embargo, estas ofertas tan jugosas atraen a otros compradores que aunque no necesitan comprar hoy mismo algo, tienen la tentación de comprar productos que piensan que tendrán que comprar un poco más adelante a un precio superior.

El 11 de Noviembre hay algo parecido a lo que conocemos como Black Friday ya que es el día del soltero en China y allí realizan ofertas igualmente jugosas para los solteros. En páginas como AliExpress puedes obtener también jugosas ofertas.

En esta última fecha, la tentación de comprar un móvil nuevo me ha rondado por la cabeza de una manera muy agresiva. La euforia de buenas ofertas casi me ha hecho lanzarme a comprar un móvil nuevo, por el simple hecho de que la batería de mi móvil me está durando menos de lo habitual y lo he querido achacar a la obsolescencia programada de las baterías de los móviles. Probablemente en unos meses la batería no me llegará a durar más allá de las 3 de la tarde y empeorará. Es es entonces cuando si necesitaré un móvil nuevo. Sin embargo, también es posible que la batería me esté durando menos porque haya alguna aplicación que haya empezado a funcionar mal y esté consumiendo más batería de lo que debería, esto ya me ha ocurrido antes. El caso es que de no comprarlo en uno de estos días, quizás en 4 o 5 meses tendré que comprarlo 30-70 euros más caro…..o no. Como digo, deseaba que el problema de la batería fuese debido a la obsolescencia programada, pero aunque sea así, hoy por hoy puedo vivir con una batería que empieza a fallar, porque el móvil lo puedo cargar tanto en casa, como en el trabajo, como en el coche. Además tengo una batería portátil que puedo utilizar cuando no tengo un enchufe cerca. Es decir, puedo funcionar perfectamente con un móvil al que no le dura la batería todo el día.

Por fortuna, en este caso, la lógica a ganado la partida porque te das cuenta además, de que cada pocos meses hay siempre ofertas y rebajas. La presión de la publicidad y las ofertas no deben convencernos de comprar cosas cuando no tenemos que hacerlo o cuando podemos esperar a comprarlo más adelante, o cuando podemos hacer ciertos esfuerzos para estirar la durabilidad de nuestros «juguetes».