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Si eres una mujer que utiliza cuchillas de afeitar, quizás nunca te has parado observar que las cuchillas que tú compras, como puedan ser la «Gillette venus», son más caras que su equivalente para hombres. De hecho, acabo de comprobar el precio de esta marca y el último modelo para hombre cuesta 8,99; mientras que el modelo para mujer cuesta 9,99. Es un euro más aunque dependiendo de los modelos y marcas, el precio de diferencia ronda entre 1 y 2 euros, mínimo.
Es decir, que aún funcionando igual de bien, por el simple hecho de que sean rosas, os están cobrando más. Hay diferentes asociaciones de consumidores que se han quejado por discriminación sexual sobre este aspecto y sobre otros, ya que a fin de cuentas solo están cambiando prácticamente el color y un poco el diseño.
Mi opinión es que poco van a hacer estas protestas porque siempre que haya mujeres que estén dispuestas a pagar 2 euros más por tener las cuchillas de color rosa, porque resultan más bonitas, ellos estarán en su derecho de hacerlo, y siempre podrán decirte que si quieres pagar menos que compres las de hombre, porque ellos están vendiéndote el diseño, aunque funcionen igual que las de hombre.
Lo que os propongo a todas vosotras para luchar contra esta injusticia es precisamente que hagáis eso mismo y que compréis cuchillas de afeitar que ellos dicen que son para hombre, porque si empiezan a bajar las ventas de las cuchillas para mujeres, os aseguro que bajarán el precio si quieren venderlas.
Ser mujer y sentirse femenina no se pega con el hecho de poder usar productos «para hombres». Se práctica y utiliza las cuchillas que sean más baratas, porque a la larga podrás comprar las cuchillas «para mujer» más baratas.